La comida picante ayuda a vivir más.


Tal y como han demostrado las últimas investigaciones, el gusto por la capsaicina, el componente activo presente en la pimienta picante, la cayena, la mostaza de Dijon, el chile, el tabasco y la páprika, depende en gran medida de la personalidad. Si perteneces a ese masoquista sector de la población que disfruta palideciendo con el sabor picante y la sensación bucal de ardor, estás de enhorabuena. De acuerdo con un nuevo estudio, ingerir este tipo de alimentos contribuye al bloqueo de la capacidad del cuerpo para sentir el dolor y ayuda a vivir más tiempo.
El equipo de científicos en cuestión ha logrado trazar un vínculo entre la percepción del dolor y la mortalidad. Para ello, compararon el crecimiento de ratones alterados genéticamente que carecían de los receptores del dolor TRPV1 con el de ratones salvajes. Los resultados mostraron que los primeros no solo vivían más tiempo, sino que lo hacían con mayores índices de salud. Los ratones insensibles eran menos propensos a desarrollar cáncer y pérdida de memoria, y su metabolismo y capacidad de procesar el azúcar se mantenía estable a medida que envejecían. Estos datos sugieren que la inhibición de los receptores sensoriales encargados de la transmisión del dolor puede contrarrestar el deterioro metabólico asociado a la edad y conducir a una mayor longevidad.
Aunque el experimento se basó en animales portadores de una mutación genética, los autores del trabajo afirman que las conclusiones son extrapolables al ser humano. Según estos, la ingesta crónica de compuestos que afectan TRPV1 como la capsaicina, presente en los alimentos que mencionábamos, produce los mismos efectos de mitigación del dolor. El chile proporciona además una sensación de euforia cuando se consumen en grandes dosis, debido a la liberación de endorfinas naturales por el organismo en respuesta al dolor y el estrés.
Chile, pimentones, pimientas, jengibre, cayena… la comida aderezada con estas sustancias picantes cuenta con detractores y defensores a partes iguales. Unos alegan que son demasiado fuertes y pueden provocar problemas de estómago y los otros que aportan numerosos beneficios a la salud además de una divertida experiencia gastronómica. ¿Qué hay de verdad en una y otra tesis?.
Lo cierto es que ambas sostienen teorías acertadas. Sin embargo y, como en todo, consumiéndolos de manera equilibrada, los alimentos picantes tienen más cosas a su favor que en contra, según han demostrado numerosos estudios científicos.
Lo primero que hay que saber es que no todas las personas aguantan el picante de la misma manera. Depende del organismo de cada uno, por ello, si no se está acostumbrado a él, hay que tomarlo con precaución.
Lo segundo es que existen miles de variedades de picantes en todo el mundo con distinto grado de sabor e intensidad, desde las que más pican (‘thai dragon’, de Tailandia) a las que menos (como el peperoncini, de Italia), pasando por las cayenas o los jalapeños. Aunque algunos tuvieron origen en Sudamérica (como el chile), hoy día se han extendido a todas las cocinas del mundo y rara es la que no usa en algunos de sus platos un poco de picante.
Durante muchos siglos se usaron estas sustancias para conservar mejor los alimentos y evitar infecciones en los mismos, ya que su alto contenido de vitaminas supone una barrera para las bacterias, así como para disimular el sabor de los que no estaban en buen estado.
Pero los condimentos picantes son más que meros conservadores de alimentos. Proporcionan numerosos beneficios para la salud. Algunos de los más destacados son:
Quema calorías: Los chiles y pimientos picantes contienen capsaicina, que es la responsable de la sensación de ardor en la boca. También es la responsable de que el corazón se acelere y nuestro metabolismo también, por la subida de la temperatura del cuerpo, con lo que se queman calorías más rápidamente. Además, provoca una sensación de saciedad.

Mejora la circulación: Esa misma sustancia, la capsaicina, se ha demostrado que combate la inflamación de las arterias y mejora la circulación, por lo que es beneficiosa para reducir las enfermedades cardiovasculares. Cuando se comen alimentos picantes, la temperatura del cuerpo se eleva, por lo que aumenta el flujo sanguíneo y llega mejor la sangre al corazón. Además, la mayoría de sustancias picantes son ricas en vitaminas A y C, que ayudan a reforzar las paredes de los vasos sanguíneos.

Lucha contra el cáncer: Numerosos estudios han demostrado que la capsaicina reduce el crecimiento de las células cancerosas. De hecho, en países con dietas rica en esta sustancia, los índice de algunos cánceres son muy bajos.

sirve como afrodisíaco: Algunas teorías defienden que la comida picante es afrodisíaca (se puede vincular al reportaje de alimentos afrodisiacos) por su alto contenido en vitamina C (que estimula la producción de endorfinas).

Combate el resfriado: La capsaicina promueve la sudoración equilibrando la temperatura del cuerpo en caso de gripe o resfriado. Asimismo abre los conductos nasales mejorando la congestión, la sinusitis, bronquitis e incluso el asma.

Mejora el estado de ánimo: La comida picante genera endorfinas y serotoninas ofreciendo una sensación de bienestar general.

Contras de la comida picante

Aunque algunos estudios han demostrado que la comida picante puede mejorar la digestión y curar ciertas dolencias estomacales (durante años, la cayena se recetaba para dolores de estómago), lo cierto es que si se padece alguna úlcera de estómago u otra afectación del aparato digestivo se ha de evitar el abuso de los picantes ya que podría sufrirse alguna irritación.


También han de evitarse los alimentos picantes en exceso en caso de hemorragias, dolencias de hígado o de las vías urinarias. En ese caso debe consultarse con el médico antes de consumir este tipo de alimentos.
Mitos sobre la comida picante

Uno mito bastante extendido es que la comida picante provoca hemorroides. Esto no es cierto. Si una persona tiene hemorroides, debe evitar la comida picante para no agravar la inflamación, pero el picante en sí no es lo que provoca las hemorroides.

Otra creencia bastante popular es que los picantes pueden provocar contracciones en mujeres embarazadas, pero la verdad es que no hay estudios científicos que lo demuestren o que sugieran una relación entre el consumo de picante y un parto prematuro.

Lo que sí puede suceder es que los picantes acentúen los síntomas de las personas que padecen gastritis o acidez estomacal. Muchos médicos recomiendan a sus pacientes evitar las comidas picantes si tienen síntomas de gastritis o úlceras estomacales.

Sin embargo, según los resultados de ciertos estudios científicos, la comida picante no sería la causa de la gastritis. Todo lo contrario,quienes consumen chile u otros condimentos picantes, estarían protegiendo su mucosa gástrica, además de obtener otros beneficios que se mencionan más adelante.
Beneficios para la salud

Muchas de las características de los condimentos picantes se deben a que contienen una sustancia química llamada capsaicina, que es la que provoca la sensación de quemazón o picor cuando entra en contacto con la mucosa bucal.

Los resultados de un estudio llevado a cabo en Inglaterra sugieren que este compuesto puede ayudar a que el organismo elimine células cancerosas. Otras investigaciones demuestran que la aplicación tópica de capsaicina puede calmar el dolor neuropático.

Además, la capsaicina fue capaz de reducir le presión arterial en animales de ensayo, según investigaciones realizadas en una universidad de China.

Los picantes han sido utilizados por la medicina natural desde la antigüedad para estimular la circulación sanguínea, promover la sudoración, mejorar la digestión y por sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Comer picante para bajar de peso

Al parecer, la comida picante estimula el metabolismo, aumentando el calor corporal y acelerando la velocidad con la que el organismo quema calorías. Por eso, la comida picante puede ayudar a las personas que desean reducir su peso.

Y como si todo esto fuera poco, un estudio llevado a cabo en Australia sugiere que la comida picante ayuda a mejorar los niveles de colesterolen sangre y reduce la demanda de insulina, lo que podría ser un factor para la prevención de la diabetes.
Chiles y jalapeños, con moderación…
Si bien los condimentos picantes parecen haber demostrado ser beneficiosos para la salud, hay que consumirlos con moderación. Un estudio realizado en México demuestra que las personas que consumen diariamente el equivalente a nueve jalapeños (o más), tienen mayores probabilidades de desarrollar cáncer de estómago. De todos modos, aún las personas fanáticas del picante, difícilmente llegarían a tan elevado nivel de consumo.


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