Correr una o dos horas a la semana aumenta hasta seis años la esperanza de vida.


El ejercicio físico debe ser parte de nuestra rutina diaria si queremos estar sanos. Con frecuencia nuevos estudios vienen a confirmar este aserto. Ahora, otra trabajo lo señala poniendo el acento en la longevidad:correr con regularidad aumenta seis años la esperanza de vida.

Según el estudio 'Copenhagen City Heart', una carrera de una o dos horas a la semana aumenta la esperanza de vida en 6,2 años en hombres y en 5,6 años en mujeres. Su autor principal, Peter Schnohr, asegura que "la carrera, practicada con asiduidad, aumenta la longevidad".

El aspecto positivo, subraya, es que no es necesario demasiado esfuerzo para observar un claro beneficio. Con una carrera a ritmo suave o intermedio "hasta quedarse ligeramente sin aliento" de una hora a dos horas y media a la semana se consigue un beneficio óptimo para la longevidad.

La carrera facilita la captación de oxígeno, aumenta la sensibilidad a la insulina, mejora los perfiles lipídicos, desciende la presión sanguínea, reduce la agregación plaquetaria y eleva la actividad fibrinolítica.

En la investigación sobre la carrera y longevidad, los investigadores compararon la mortalidad en 1.116 hombres y 762 mujeres con individuos no corredores en la población principal del estudio. Los participantes tenían que responder a una serie de preguntas sobre la cantidad de tiempo que dedicaban a correr cada semana y a valorar su propia percepción del ritmo de carrera practicado.

Los resultados muestran que, en el período de seguimiento (un máximo de 35 años) se registraron 10.158 muertes entre los individuos que no practicaban carrera y 122 muertes entre los que sí lo hacían. El análisis mostró además que el riesgo de fallecimiento se redujo en un 44% tanto para los corredores varones como para las mujeres.

Un estudio multidisciplinar desde 1976

El estudio 'Copenhagen City Heart', iniciado en 1976, observa a 20.000 hombres y mujeres de entre 20 y 93 años de edad con el fin de obtener un mayor conocimiento sobre la prevención de las enfermedades cardiovasculares y del íctus.

Desde entonces, el estudio, que ha servido para publicar más de 750 artículos, se ha ampliado para incluir otras enfermedades como la insuficiencia cardíaca, enfermedades pulmonares, alergias, epilepsia, demencia, apnea del sueño y enfermedades genéticas.
visto:20minutos

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